“Los libros no son cosas
muertas estáticas. Contienen la potencia de la vida dentro de ellos, para que
puedan ser tan activas como la mente que las escribió. Conservan la más pura
energía y expresión de la mente viviente que los creó, como si estuvieran en
una botella. Destruir a un buen libro es casi como matar a un hombre. El que
mata a un hombre mata a un ser bueno, razonable, creado a imagen de Dios, pero
el que destruya a un buen libro mata a la razón misma, y mata la imagen de Dios
mismo”. Milton.
¿A que me refiero con “libros buenos”? C.S. Lewis dijo que un buen libro no
merece realmente la pena ser leído a la edad de diez años si no es igualmente
merecedor de leerse a los cincuenta.
Charlotte
Mason los llama LIBROS VIVOS. Libros cuyas “ideas nos alcanzan directamente
desde la mente del pensador. Y es a través de estos libros que entramos en
contacto con las mejores mentes”.
Se han editado libros de goma, de plástico para el agua, de cartón para pequeños lectores, de tela… libros con distintas formas, con colores, brillos, con muñecos incorporados, con sonidos… y aún así la industria no puede hacer que los niños de edades avanzadas lean más.
Como
Lic. En marketing les digo: algo está fallando. Y no es el empaque, no es la
portada…. Es la historia misma.
Se
encuentran pocas “historias que te
hagan maravillar. Historias hechas para la risa. Historias con un entendimiento
del coraje, el amor y la belleza. Historias que traen un hormigueo por grandes
aventuras, con audacia, con sombría determinación, con la capacidad el ver el
peligro hasta alcanzar el final. Historias que ponen nuestras mentes a
arrodillarse en reverencia; historias que muestran la ternura de la verdadera
piedad, la fuerza de la lealtad, un gustoso respeto por lo que es bueno”
(Ruth Sawyer. The Way of the
Storyteller”.
“Los niños tienen dos necesidades básicas: necesitan leche y miel de
sus padres. La leche simboliza el cuidado otorgado a las necesidades físicas:
cepillarse los dientes, tomar el jugo de naranjas, comer los vegetales, dormir
lo suficiente. La miel simboliza la dulzura de la vida, esa calidad especial
que hace a la vida cantar alegremente. La mayor parte de los padres es capaz de
dar leche, pero solo una minoría da miel.“ (Honey for a child´s heart, Gladys Hunt.)
Marina escribe en su blog Inactividad Magistral: “Los padres inconscientemente enseñan a sus hijos lo que es valioso por
la forma en que le dedican su propio tiempo. Si la televisión es más importante
para los padres que leer, los hijos estarán más inclinados a elegir lo mismo.
Si la apreciación de la belleza y el regalo de la articulación son de
significancia para ti, entonces sugiero que la exposición a grandes escritos
será necesaria”.
Por eso
inicié este espacio. Porque además de especializarme en marketing de productos
para niños soy mamá de tres pequeños a los cuales tengo el placer de enseñar en
casa. La Miel, las buenas historias, los Libros Vivos de los que nos nutrimos
diariamente (descubriendo mundos nuevos, mirando la historia a través de los
ojos de quienes la vivieron, o formando parte de los cuentos de hadas
medievales) los voy a compartir acá. Este es el resultado de mi búsqueda…
porque después de todo las cosas bellas existen, sólo hay que encontrarlas.
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